
Moda y sostenibilidad: un binomio posible, necesario y ya en movimiento
La moda da un paso adelante y elige lo eléctrico para la distribución urbana
El mundo de la moda siempre ha sido sinónimo de creatividad, evolución y vanguardia. Pero hoy, la innovación ya no se limita al diseño: el nuevo reto es abrazar un modelo de crecimiento sostenible, capaz de combinar estilo, responsabilidad medioambiental e impacto social positivo.
Desde las marcas emergentes hasta los grandes nombres internacionales, el sector está viviendo una transformación profunda, repensando cada fase de la cadena de valor con una mirada atenta a los criterios ESG.
Entre los objetivos más desafiantes están las emisiones Scope 3, aquellas indirectas generadas a lo largo del ciclo de vida del producto – desde el abastecimiento de materias primas hasta la logística, pasando por el uso y la disposición de los artículos por parte de los consumidores.
Es precisamente en este ámbito donde las decisiones estratégicas marcan la diferencia. ¿Un ejemplo concreto? Una conocida marca de moda ha elegido confiar a Transmec la distribución en la ciudad de Roma utilizando vehículos totalmente eléctricos.
Los números son claros: con vehículos de 15-18 palets y una autonomía media de 225 km, se realizarán alrededor de 1.300 entregas al año, con un total de 33.000 km recorridos — todo ello con una reducción de las emisiones de CO₂ del 43% en comparación con el diésel.
Un paso concreto, medible y replicable hacia una logística de bajo impacto.
Este es el tipo de innovación que realmente importa: aquella que se traduce en acciones, resultados y valor compartido. Porque elegir soluciones de transporte sostenibles no significa solo reducir la huella de carbono, sino también ser parte activa de un cambio sistémico, alineado con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y con las expectativas de unos grupos de interés cada vez más conscientes.
El futuro de la moda está aquí. Es eléctrico, responsable y sorprendentemente verde.

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