Más de veinte años de logros con una sonrisa: la despedida de Irene

Una historia de liderazgo basada en las personas, los valores y la resiliencia

Después de más de veinte años en Transmec Turín, la Branch Manager Irene Colombo se prepara para su jubilación. Nos reunimos con ella para reflexionar sobre su trayectoria, su enfoque del liderazgo y los momentos que han marcado su carrera.

Cuando Irene habla de la sede de Turín, va más allá de fechas y hitos. Su historia es, ante todo, una historia de personas, crecimiento y la capacidad de evolucionar juntos con el tiempo.

Fundada en 2001, Transmec Turín dio sus primeros pasos en un contexto lleno de cambios y nuevos desafíos.

«Al principio, todo era nuevo», recuerda Irene. «Había preguntas e incertidumbres, pero también una gran curiosidad y una auténtica voluntad de construir algo significativo juntos».

Desde el principio, el equipo afrontó el reto con determinación.

«El aumento de la carga de trabajo nunca nos intimidó», afirma. «Rápidamente hicimos nuestro el sistema de trabajo de Transmec, y el crecimiento llegó de forma natural».

Como en cualquier trayectoria larga, los años trajeron momentos de transformación, reorganizaciones y nuevas etapas. Sin embargo, estas experiencias ayudaron a fortalecer tanto al equipo como a la organización.

«Con el tiempo, construimos un equilibrio sólido», explica Irene. «Un equilibrio que nos ha permitido trabajar con confianza y afrontar cada nuevo desafío con claridad y cohesión».

En el corazón de esta estabilidad se encuentra el estilo de liderazgo de Irene: presente, coherente y basado en la confianza.

«Siempre he creído en abordar las situaciones con calma, equidad y respeto», dice. «Estos valores crean el entorno adecuado para que las personas den lo mejor de sí».

Para Irene, el liderazgo consiste ante todo en estar ahí para los demás.

«Un buen responsable de delegación apoya a su equipo, fomenta su crecimiento y afronta los retos como oportunidades y no como obstáculos».

Hoy, la sede de Turín es una realidad consolidada que contribuye a la sólida presencia del Grupo Transmec en Piamonte y más allá.

Cuando se le pregunta qué se llevará consigo a esta nueva etapa, la respuesta de Irene es inmediata.

«Las relaciones», dice. «La confianza, los momentos compartidos y el cariño que he recibido a lo largo de los años». Añade una reflexión que refleja su enfoque del liderazgo: «Nunca se deja de aprender, especialmente si se sabe escuchar».

A medida que se acerca la jubilación, Irene mira al futuro con su habitual calma y suave sentido del humor.

«Desde luego no echaré de menos el despertador temprano», admite con una sonrisa, «pero sí echaré de menos los intercambios diarios, las risas y la sensación de formar parte de un equipo».

Su despedida es un agradecimiento sincero y colectivo.

Al equipo, «por la colaboración, la disponibilidad y el apoyo mutuo constante».
A la dirección, «por la confianza depositada en mí durante todos estos años».
A los compañeros de todas las sedes, a los conductores y al personal de almacén, «que nos apoyan a diario en nuestro trabajo».

Y un mensaje claro para quienes continúan el camino: «La continuación exitosa de este recorrido depende totalmente de vosotros. Mirad siempre hacia adelante con confianza y positividad».

Oltre vent’anni di traguardi con il sorriso: il saluto di Irene